El escepticismo es una corriente filosófica que se caracteriza por la duda y la incertidumbre. En la modernidad, el escepticismo se ha desarrollado en diversas formas, siendo el escepticismo radical el más destacado. En este artículo, examinaremos la crítica del escepticismo moderno, prestando especial atención a las objeciones que se han formulado contra el escepticismo radical.
El escepticismo radical
El escepticismo radical es una forma de escepticismo que se caracteriza por la negación de la posibilidad de conocer la realidad de manera objetiva y cierta. Según los escépticos radicales, todas las afirmaciones sobre la realidad son meramente subjetivas y carecen de fundamento objetivo. Esta posición se basa en la idea de que todo conocimiento es relativo y que no existe una verdad objetiva y universal.
La crítica del escepticismo radical
La crítica del escepticismo radical se ha centrado en la falta de fundamentación de esta posición. En primer lugar, se ha argumentado que el escepticismo radical se basa en una visión reduccionista del conocimiento. Según esta visión, el conocimiento se reduce a la experiencia inmediata y no hay manera de acceder a la realidad más allá de la experiencia subjetiva. Sin embargo, esta visión del conocimiento es insuficiente, ya que hay formas de conocimiento que van más allá de la experiencia inmediata, como la deducción lógica y la inferencia científica.
En segundo lugar, se ha argumentado que el escepticismo radical no puede justificar su propia posición. El escepticismo radical afirma que no hay ninguna verdad objetiva y que todas las afirmaciones son subjetivas. Sin embargo, esta afirmación misma es una afirmación objetiva y, por lo tanto, contradictoria. Si todas las afirmaciones son subjetivas, entonces la afirmación del escepticismo radical también es subjetiva y, por lo tanto, no tiene validez objetiva.
El escepticismo moderado
Frente al escepticismo radical, existe una forma más moderada de escepticismo, que se basa en la idea de que no podemos estar completamente seguros de nuestras afirmaciones, pero que aún podemos tener un conocimiento aproximado de la realidad. Esta posición se basa en la idea de que el conocimiento no es absoluto, sino que es una cuestión de probabilidad y que nuestras afirmaciones pueden ser más o menos verdaderas.
La crítica del escepticismo moderado
La crítica del escepticismo moderado se ha centrado en la falta de fundamentación de esta posición. En primer lugar, se ha argumentado que el escepticismo moderado no es coherente con nuestras prácticas cotidianas de conocimiento. En nuestra vida cotidiana, tomamos muchas afirmaciones como verdaderas sin tener una certeza absoluta sobre ellas. Por ejemplo, aceptamos la afirmación de que el sol saldrá mañana, aunque sabemos que existe la posibilidad de que algo inesperado ocurra y el sol no salga. Si aceptamos la afirmación del escepticismo moderado, tendríamos que ser mucho más cautelosos en nuestras afirmaciones y dudar de todo, lo que resultaría en una parálisis del pensamiento y la acción.
En segundo lugar, se ha argumentado que el escepticismo moderado no proporciona una base sólida para la moralidad y la acción ética. Si no podemos estar seguros de nuestras afirmaciones, ¿cómo podemos tomar decisiones éticas y morales? El escepticismo moderado parece sugerir que todas las decisiones éticas y morales son relativas y subjetivas, lo que puede llevar a la falta de responsabilidad moral y al relativismo ético.
La superación del escepticismo
Para superar el escepticismo, es necesario encontrar una posición que permita la posibilidad del conocimiento objetivo y cierto, pero que también reconozca las limitaciones y la incertidumbre del conocimiento humano. Una posición que parece ofrecer esta posibilidad es el realismo crítico.
El realismo crítico sostiene que la realidad existe de manera objetiva y que podemos tener un conocimiento aproximado de ella a través de la observación y la experimentación. Sin embargo, también reconoce que nuestro conocimiento está limitado y que nuestras afirmaciones pueden ser falsas o incompletas. El realismo crítico, por lo tanto, sugiere que debemos ser críticos con nuestras afirmaciones y estar abiertos a la posibilidad de que estén equivocadas.
A modo de resumen
En resumen, el escepticismo moderno ha sido objeto de críticas por su falta de fundamentación y sus limitaciones en la práctica del conocimiento y la ética. El escepticismo moderado reconoce la incertidumbre del conocimiento, pero puede llevar al relativismo ético y la parálisis del pensamiento. El realismo crítico parece ofrecer una posición más sólida al permitir la posibilidad del conocimiento objetivo y cierto, pero al mismo tiempo reconocer las limitaciones y la incertidumbre del conocimiento humano. Es importante tener en cuenta estas posiciones y sus críticas al considerar nuestra propia comprensión del conocimiento y la realidad.